Israel Celis 
Casi un año después la temporada 2 de Chucky por fin llegó a la plataforma de streaming de Star+ y la renovación del muñeco diabólico sigue ganando fandom. La trama ya es bien conocida: un muñeco poseído por el espíritu de un asesino que no se cansa de hacerle la vida imposible a quien se le cruce en el camino. Pero Chucky es más que eso, hemos descubierto que el Chucky violento y malicioso también esconde una personalidad que puede llegar a ser amable o considerada.
Pero no nos equivoquemos, Chucky es un asesino a sangre fría que disfruta mucho aterrorizar a sus víctimas y luego destrozarlas de las maneras menos inimaginables. La temporada 2 de Chucky nos traslada a un colegio católico para chicos con problemas de comportamiento y Chucky les va a seguir los pasos.
Plumbagos te da algunas razones para que no te pierdas la temporada 2 de Chucky.
1.- Chucky sigue siendo un clásico
La historia cambia, pero el modus operandi de Chucky sigue siendo el mismo. Don Mancini tuvo la audacia de retomar un icono de terror de los ochenta y noventa y darle vida de nuevo, un muñeco asesino que disfruta bastante con hacer sufrir a las personas. La aparente inocencia que se oculta detrás del rostro de Chucky termina siendo una escena de horror para aquellos que tienen la oportunidad de ver quien es realmente Chucky y sobrevivir a ello.
Los sobrevivientes son siempre los protagonistas, los que tratan de evitar a toda costa que Chucky siga culpando a inocentes de su carnicería. Pero la magia de Mancini y Chucky también está en que el muñeco diabólico es bastante audaz, muy inteligente y siempre con comentarios mordaces y muchas veces acertados. Chucky sigue siendo un muñeco, pero lo escalofriante es que pudimos comprobar que tiene la capacidad de hacer que su alma perdure –si se lo permiten- eternamente o fragmentarla en decenas de partes, casi casi como Lord Voldemort y sus horrocruxes.
Las escenas grotescas de asesinatos y la violencia en cada uno de sus capítulos junto a esa aura mágica que reside en Chucky y la capacidad de los demás de ignorar al muñeco diabólico siguen siendo las premisas de este clásico de terror que se ha ido reinventando año con año.
2.- Chucky y la adolescencia
Las dos temporadas de la serie de Chucky han tenido por víctimas y protagonistas a adolescentes. Mientras ellos luchan con fuego y hierro contra Chucky la mayoría de los adultos ignoran la realidad detrás de una serie de asesinatos que han seguido a Lexy, Jake y Devon. Esta temporada 2 de Chucky ha añadido a un integrante más, una joven que también fue obligada a no abandonar el colegio católico en el que están todos encerrados y donde curiosamente Charles Lee Ray pasó largo tiempo en su adolescencia antes de convertirse en el asesino serial más longevo y más perverso.
Charles Lee Ray debería tener, en teoría, 64 años y gracias a su famoso ritual vudú donde logró transferir su alma a un muñeco, Ray puede vivir eternamente, pero a pesar de todo Chucky fue capaz de crear una familia. En 2004 Mancini nos dio otra entrega de la saga de Chucky donde conocimos a Glen/Glenda, un muñeco no binario y del que poco supimos después, hasta ahora.
Glen y Glenda parecen haber sido víctimas de la misma maldición que Chucky usó para transferir su cuerpo, pero ahora con un resultado inesperado, el muñeco terminó dividiendo su alma en dos pedazos para dar origen a dos versiones de Glen, uno varón y la otra hembra, aunque el tema de su sexualidad sigue siendo ambiguo, en ambos. Todo un rollo sobre diversidad sexual en esta temporada 2 de Chucky, algo de lo que debemos aprender un poco.
3.- Una familia peculiar
Una maravillosa jugada, Mancini nos introduce con la temporada 2 de Chucky a una familia bastante particular, muy diversa en todos los aspectos. Chucky tuvo un hijo que al final resultó en la creación de dos personalidades distintas, Glen y Glenda, un par de gemelos con un pasado bastante turbio y que nos muestran un espectro de la diversidad sexual. Por otro lado, tenemos a Tiffany, la antigua pareja de Chucky que ahora parece tener una obsesión con Nica Pierce –quien por cierto es interpretada por Fiona Dourif, la hija de Brad Dourif.
Jennifer Tilly sigue siendo una joya exuberante en la historia de Chucky, una mujer sin escrúpulos, pero con bastante afecto por su familia, excepto por Chucky por quien siente odio y bastante miedo. Al parecer Tiff está enamorada de otra mujer, a la que retiene a la fuerza y le cortó ambas piernas y brazos para evitar que huya. Y por fin tenemos a Chucky, un asesino serial que a pesar de todo siente afecto por sus hijos y es capaz de crear vínculos con otras personas.
Los protagonistas adolescentes de la segunda temporada, y quienes son sus víctimas, forman una familia disfuncional entre ellos porque deben de confiar el uno con el otro para vencer a Chucky después de que la familia de cada uno de los muchachos o están muertos o los mandaron lejos para no saber nada de la supuesta demencia que los rodea.
4.- Chucky el Salvador
Una trama bastante inesperada en esta temporada 2 de Chucky. Después de los atroces asesinatos que rodean a Lexy, Devon y Jake tuvieron que ser enviados a un colegio/reformatorio católico donde el muñeco diabólico hará de las suyas y como siempre, incriminar a sus víctimas para salirse con la suya. El edificio es por mucho bastante grande, el lugar perfecto para esconder un crimen o un cadáver.
Pero la cosa se vuelve más retorcida cuando una monja cree que el Salvador ha reencarnado en un muñeco, una idea bastante macabra. Al mismo tiempo la temporada 2 de Chucky es una crítica a algunos preceptos de la iglesia católica tales como la prohibición de las prácticas homosexuales, los desórdenes mentales confundidos con desobediencia y la actitud un poco machista de los líderes. Un tema de importancia personal para Mancini después de haber hablado libremente sobre su homosexualidad y algunas peripecias que sufrió mientras estudiaba en un colegio católico.
Chucky y su temporada 2 es una joya del terror que mezcla lo clásico con lo innovador, sin dejar atrás la sangre y las tripas.
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