Iván Gutiérrez Soon 
Star Wars: Visions se estrenó el pasado 22 de septiembre y, fuera de lo que nos había acostumbrado Disney+ con otras producciones, desde el primer día tuvimos de trancazo los nueve capítulos que pudimos disfrutar incluso sin tener que faltar al trabajo o a la escuela (admítelo, también lo pensaste pues… ¡es Star Wars!).
Así, Star Wars: Visions nos presenta una serie de cortometrajes, que van de los 13 a los 22 minutos con diferentes personajes y con una historia distinta entre sí (de ahí que te diera tiempo de ver al menos uno de camino a cualquiera que fuera tu destino, ¿eh, flojo? –Creo que me mordí la lengua–).
Pero por si todavía no has tenido un chance de darte un respiro, acá te dejo algunos temas recurrentes de la franquicia que puedes revisar para ver estos episodios en tu celular, ahora con esto en mente y mientras te saltas tu hora de comida (bueno, mejor no te mal pases, sobre todo si eres de los que viste la primera trilogía de Star Wars en el cine). Así que comencemos.
1.- Star Wars: Visions, una constante batalla contra el destino
Quizá si alguien te preguntara a dónde te lleva el miedo, de seguro la respuesta te sería bastante fácil: el miedo lleva a la ira; la ira, al odio; el odio lleva al sufrimiento; el sufrimiento, al lado oscuro, y ahí no se ve nada (Bueno, chiste simplón, los que hayan visto Aquí no hay quién viva me entenderán). El punto es, ¿necesariamente el miedo es el camino al lado oscuro?
Esto es lo que se cuestiona en uno de los cortos en el que, además, tampoco se quiere ser un jedi, es más, el ser ese tu destino te aleja de lo que realmente quieres, incluso te atemoriza. Oh, gran contradicción que se termina por solucionar, digamos, con un poco de rock, lo que trata de invertir aquella regla a la que tanto nos acostumbró la extensa franquicia de Star Wars.
Por cierto, también hay mucha aventura a lado de un personaje tan querido como Boba Fett.
Ahora bien, si otro te pregunta el nombre de aquellos que pelean contra los siths, quizá para ti la respuesta también te resultaría muy obvia: un jedi, por supuesto.
Sin embargo, esto no parece estar muy claro en otro de los episodios que, con una animación que emula todo un mundo samuray, lo único que sabemos es que no es del bando de los “Lukes” o de los “Yodas”, ¿acaso un Darth Maul, por decir un ejemplo, es capaz de usar la ira para hacer el bien? Vaya que podría ser una interesante historia si se sabe aprovechar.
Y, por último, ¿qué te parece un científico jedi con su joven padawan a la Astro Boy? Pues en otro de los episodios, el personaje principal sí busca ser uno de esos maestros; no obstante, la terrible realidad a la que se tienen que enfrentar, alcanza a aquella versión droide de Obi-Wan Kenobi, cosa que cambia un tanto la forma en que pretende viajar, salvar la galaxia, preservar la vida y honrar a su mentor. Algo que bien se puede salir de lo que hemos visto antes.
2.- La búsqueda de un (des)equilibrio en Star Wars: Visions
Primero, me parece que el tema de la búsqueda es una constante por sí sola en Visions, por ejemplo, se intenta hallar la libertad, cosa que se conjunta con salirse de un destino fijado. Segundo, me parece que también se lucha por encontrar un equilibrio y que, en ocasiones, esto se hace de lo externo a lo interno de algún personaje, como en el capítulo de The village bride.
Es en este corto donde la armonía que intentan tener los mismos habitantes de ese planeta con la naturaleza lleva a la protagonista a cierta redención, a sanarse de su propio conflicto: ella se identifica con el dolor y la pérdida de lo otros y, al ayudarlos, consigue ayudarse así misma, con el balance de ellos consigue restaurar el suyo.
Algo que considero un acierto en este capítulo de Star Wars:Visions que, además, no deja de disfrutarse a pesar de las pocas escenas de combate que hay.
Por otro lado, el tema de la búsqueda del equilibrio me lleva a plantearte si tanto jedis como siths, en su intento por conseguir ese control del universo, unos para protegerlo y otros para conquistarlo, según sus propios valores, en el proceso, al prevalecer uno sobre otro, ¿no se llega a un desequilibrio? Es decir, cuando no hay siths o se creen desaparecidos, algún reminiscencia de ellos aún lucha por sobresalir; cuando no hay jedis o están en vías de extinción, igual buscan cómo sobrevivir.
Quizá esa metáfora entre el bien y el mal que representan cada bando y su lucha constante ya le sea insuficiente a Star Wars o, al menos, en la forma en que casi siempre se representa su relación entre estos dos bandos, lo que me lleva al siguiente punto.
3.- Las dualidades en Star Wars: Visions
Antes de seguir me gustaría añadir que no sólo lo que dije al principio es lo rescatable de esta antología, también la animación, incluso, el doblaje en español latino, algunos personajes, como la joven y valiente Kara, padawan del capítulo The ninth jedi, o el viejo sith en The elder, que, por momentos, parece simpatizarte (al menos a mí me cayó bien su comportamiento y su manera de luchar) y, por otros, ya no sabes a qué hora te va a sacar el sable de luz.
Sin embargo, la forma de presentar ciertos elementos en oposición y conflicto persisten, lo que quizá ya no es garantía de una historia que trascienda (sí, aquí es donde me pongo de aguafiestas, pero dame gusto, ¿vale?).
Con lo dicho, me refiero a la dualidad bien-mal y su manera en que se le atribuyen significados a cada uno; enlistemos: a los jedis se les asocia con la protección, la bondad, la generosidad, y, entre otras cosas, el balance de la fuerza, lo que implica tener cierto poder sobre ella para controlarla, aún así, esta capacidad, que este sector es de los pocos que la poseen, la usan en defensa de la paz y el orden, y la ponen al servicio de los demás (chale, ¿no te sonó a lo que luego dice la policía?).
También se les vincula con un código moral recto, alejado de sus pasiones, intrínsecas a todo ser humano, por cierto, y que, para llevar a cabo esto, cumplen con ciertos votos, como los de castidad (ahora se oye como si fueran secta católica). Además de lo anterior, sus acciones, en muchos momentos, toman partido por cierto régimen de gobierno que no está para nada oculto pues hasta se encuentra en el nombre: la República, qué casualidad.
Ahora, en resumidas cuentas, los siths serían todo lo contrario y la forma de gobierno que adoptan es la de un imperio, término que también se usa explícitamente.
Así, a esta lucha de opuestos, en ocasiones se le agrega, como referencia y soporte para crear una historia ficticia, otros sistemas en el que vivimos y que se pasan por alto (porque, claro, como la ficción solo se hizo para entretener, no la tomamos enserio a pesar de que también sus narrativas se fundamenten en estructuras sociales de las que todos somos protagonistas en la vida real).
Tal es el caso de un estereotipo femenino en el episodio The twins, que resalta, favorece y presenta a su opuesto como la única solución (ya que, en realidad, no surge otra, no hay un giro narrativo que cambié esto: Am, una de los dos personajes principales, sigue siendo la culpable, la villana que no deja que su hermano y ella misma sean libres).
Y ese es el asunto, la dicotomía, reducir el mundo sólo a dos aspectos, el simplificarlo a dos posibilidades. ¿Qué Karre, el gemelo de este último capítulo, no puede estar equivocado también; qué, a lo que le llamamos repúblicas, con su sistema económico, político y social, son perfectos? ¿Por qué aceptamos que sí se haga una crítica de uno y no de los dos –o de todo lo demás que existe–? ¿Qué acaso un jedi no puede cuestionarse su propia situación y su realidad no puede ser tema de conflicto que lo lleve a contar una nueva aventura sin ser tachado de sith al hacerlo?
¿Este último es el personaje complejo que sólo se puede permitir la saga de Star Wars, como en el capítulo The duel, donde queda extirpada la idea de que aparezca un jedi? ¿Y éste no puede dejar de ser plano, con una historia que resignifica su universo o eso sólo es posible en unas tímidas ocasiones, como en Tatooine rhapsody?
Sí, sé que puedes estar tentado en decirme que la ficción está hecha para entretener (y vaya que estos cortos cumplen con ello, tienen que ser así y nada más, sino, Star Wars no sería altamente comercial: sus parámetros se deben ajustar a la aceptación de un gran auditorio regido –yo también me incluyo, de ahí que me muerda tanto la lengua– bajo estructuras sociales que, a su vez, moldean, incluso, las preferencias y los gustos de cada uno –¿qué tanto se es libre, realmente?–, mientras que las obras de ficción más propositivas y experimentales tienen menos público).
Por cierto, no estoy diciendo que Star Wars: Visions sea una forma de propaganda, más bien que, a través de lo simbólico, se pueden reforzar valores, ideas y creencias que se encuentran incrustadas en la sociedad y que, al no profundizar en ellas, en sus realidades, en sus contradicciones, al no generar narrativas que discutan con otras, sobre todo con aquellas que nos venden como verdad, puede que no se cuestionen y que se den por hecho.
Con todo esto que menciono, admito que también me acerco a una dicotomía. Por un lado, están los episodios de Stars Wars: Visions que intentan llegar un poquito más allá, pero que, quizá, se quedaron en el intento, con una estética visual que puede ser un deleite, eso sí.
Por el otro, están los que se quedaron en la aventura y la acción, fundamentando sus mundos con esta dualidad de la que ya hablé o menos que eso, pues uno de los capítulos, Akakiri, siendo una suerte de remake de Star Wars: episodio III. La venganza de los sith y su versión de Anakin Skywalker, cuando pasa al lado oscuro, no parece aportar nada nuevo.
Por suerte, mi opinión no es la única válida y, si algo tiene Star Wars, es atraer, como ya dije, a mucho público, así que espero tus comentarios para no quedarnos sólo con estas dos visiones y, así, hallemos, en Star Wars: Visions, no sólo un lindo y nostálgico recuerdo de todo lo que pudo llegar a aprovechar.
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