5 lecciones que nos deja Cazafantasmas: El Legado

Después de 22 años, los Cazafantasmas regresan a la pantalla grande con Cazafantasmas: El Legado (Ghostbusters: Afterlife, 2021). Ahora de la mano del productor y guionista Jason Reitman (Juno, 2007) hijo del prodigioso productor y director Ivan Reitman, el mismísimo productor y director de las dos primeras películas de Cazafantasmas, la primera en 1984 y la segunda en 1989. Como sabemos, Cazafantasmas se ha convertido en una de las sagas favoritas del público que está fascinado por lo sobrenatural, los poltergeist y los fantasmas.

En 2016 Paul Feig intentó reavivar el furor por estas icónicas películas que mezclan lo paranormal, la ciencia ficción y el humor, pero los resultados, según la crítica, no fueron los esperados a pesar de que la película contó con un elenco majestuoso. Ahora en el 2021 parece ser que la cosa ha dado un giro que pretende animar nuevamente la llama de los cazadores de fantasmas con Cazafantasmas: El Legado. 

Cazafantasmas: El Legado funciona como la continuación de la segunda parte de los Cazafantasmas, por lo que excluimos, a nuestro pesar, la película dirigida por Feig en 2016. Lo mejor de todo es que veremos en algún momento de la película a los viejos pioneros investigadores de lo paranormal: Peter Venkman, Egon Spengler, Winston Zeddemore y Ray Stanz. Pero la nueva generación de cazadores de fantasmas no se queda atrás con su creciente talento. Paul Rudd también formará parte de este elenco y aportará, como siempre, su hilarante comedia. 

Aquí en Plumbagos te contamos 5 lecciones que nos deja Cazafantasmas: El Legado como prueba de que más allá de convertirse en cazadores de lo paranormal, los cazafantasmas tienen una historia demasiado humana. 

La amistad en los Cazafantasmas

Uno de los tópicos más importantes de la saga, sino es que es el más importante, es la amistad. Desde la primera película de Cazafantasmas en 1984 nos percatamos que la alianza entre cuatro hombres dedicados a la ciencia, pero con firmes creencias en lo paranormal funciona como un lazo inquebrantable entre este grupo de amigos y es que no es fácil, según la visión de los guionistas de la película y de la vida real, que encuentres a personas que tengan un interés genuino por las mismas cosas que te gustan.

Creer en fantasmas, intentar e idear un plan para cazarlos y vivir en la bancarrota fue un hito para que los Cazafantasmas de las dos primeras películas fusionaran sus intereses para crear una increíble amistad que, a pesar de todo, parece que vivirá siempre con ellos hasta el día de sus muertes.

Phoebe, nuestra magnífica protagonista en Cazafantasmas: El Legado, es una niña solitaria con una mente descomunal para entender la ciencia, razón principal por la que le resulta difícil conseguir amigos y es algo que parece no importarle mucho hasta que descubre que es capaz de crear vínculos amistosos con Podcast, su nuevo y único amigo. Rápidamente Phoebe y Podcast se ven envueltos en una aventura que pone a pruebas lo tangible, real y necesario que resulta tener un amigo con quien contar. Los niños necesitan amigos, es algo necesario para su desarrollo porque la inteligencia no lo es todo, eso le queda claro a la pequeña Phoebe, nuestra nueva y joven Cazafantasmas. 

Las aspiraciones en Cazafantasmas

Phoebe (Mckenna Grace) es la pequeña pero brillante hija de Callie y nieta de uno de los originales Cazafantasmas. Durante su traslado a la pequeña y arruinada granja en la que su abuelo vivió los últimos años tildado por loco por los pobladores de Summerville, Phoebe descubre un vínculo poderoso con la vida anterior del padre de su madre, él también era una persona enamorada de la ciencia y su inclinación por chistes demasiado exclusivos.

Cazafantasmas: El Legado es una enseñanza necesaria para revitalizar la idea que toda persona puede ser lo que quiera ser. Sabemos bien, a regañadientes, que hace no muchas décadas el concepto de científico estaba destinado casi exclusivamente para hombres, pero la pequeña Phoebe nos demuestra que no importa la edad, género y condición socioeconómica para ser un genio en las ciencias como la física, la química y la biología. 

Es muy probable que Phoebe siga los pasos de su abuelo y se dedique, de la mano de la ciencia, a ser una digna cazadora de fantasmas. Pero este tópico no se queda ahí y es que cuando conocemos a Podcast, el nuevo amigo de Phoebe, podemos entender que para cumplir nuestras aspiraciones y ser bueno en lo que deseas, necesitas mucha voluntad, aunque al comienzo solo tengas un admirador.

Padre, madre e hija

Hay algo trágico después de todo y es el hecho de que Callie nunca llegó a conocer a su padre, uno de los Cazafantasmas originales que combatieron con el mismísimo hombre de Malvavisco en Nueva York durante el año de 1984. Ahora Callie es una mujer, madre soltera con dos hijos y una situación financiera mejor conocida como bancarrota. Callie se ve obligada por esta situación a vivir en la vieja granja donde su padre vivió de manera oculta sus últimos años.

Callie está enojada con su difunto padre y a pesar de que nunca lo conoció, está al tanto de sus afinidades y proyectos como físico y cazador de fantasmas. Aún por ello se encuentra más molesta, la corta fama de la que su padre disfrutó, no se reflejó en la vida de Callie y la pobreza la persigue ahora. Al ver a su hija, Phoebe, Callie piensa que el futuro de su pequeña está lastimosamente enlazado con la vida, supuesta vida, mezquina de su padre.

Por ello, Callie ve con ojos intranquilos que a Phoebe le fascina la ciencia, de ahí que siempre la trata desdeñosamente o con nulo interés. Para esta mujer, la ciencia te absorbe demasiado hasta el punto de ignorar a tu propia familia, como supuestamente lo hizo su padre. Actualmente llamaríamos esto como un trauma infantil que se refleja en la manera en que tratamos a nuestros hijos, algo que Phoebe a pesar de su corta edad, es consciente de ello y su actitud taciturna hacia su madre se vuelve preocupante para Callie.

Con un giro inesperado, o quizá algo predecible, Callie comprende los motivos por los que su padre se apartó de su familia y es en ese momento en el que la controversia interna que siente por la afición de su hija hacia la ciencia disminuye y cambia su actitud hacia ella y a su difunto padre.

Oscuros secretos, amorosos recuerdos

Callie se ve envuelta, junto con sus dos hijos, en un problema económico que la orilla a vivir en la vieja y arruinada granja que su padre dejó al morir. Esta madre soltera guarda un rencor hacia su difunto padre que, según su versión, la dejó en el olvido y nunca intentó reconciliarse con ella. Esto fue un duro golpe para Callie que, a expensas suyas, tiene que vivir en el hogar donde su egoísta padre pasó sus últimos años como un ermitaño un poco loco.

Pero si hay algo que Cazafantasmas: El Legado nos enseña, es a no juzgar rápidamente las acciones de las personas. Los motivos para abandonar a tu única hija y dejarla casi al borde de la miseria parecen ser advertidos en un primer instante, pero de manera paulatina en Cazafantasmas: El Legado podremos llegar a comprender, no sin una mano en el corazón y la nostalgia, que el padre de Callie, uno de los originales Cazafantasmas, ha decidido quedarse en el exilio por motivos que quedan claros casi al finalizar la película.

Callie y sus hijos, especialmente Phoebe, comprenden de manera drástica que el abandono de su padre y abuelo, se debe a que él siempre se consideró como el mayor guardián y defensor de un mundo libre de dioses nefastos y fantasmas caóticos. Cazafantasmas: El Legado nos enseña a no juzgar de manera rápida a quienes consideramos que nos han fallado hasta no tener la certeza de las acciones que pueden orillar a una persona ante situaciones extremas.

Paul Rudd, el quinto en discordia de Cazafantasmas: El Legado

Paul Rudd por aquí, Paul Rudd por allá. Este hombre ha tenido un éxito cinematográfico gracias a su carisma y a su entretenido humor. Lo hemos visto interpretar papeles en series y películas que tiene como principal eje de entretenimiento el humor; por ello no es raro que a tu mente acuda una tenue imagen del Paul Rudd demasiado joven, que conocimos de manera breve en las escenas de la serie icónica FRIENDS. Sin embargo, su ascenso fue inevitable cuando dedicó su tiempo a interpretar a Scott Lang, mejor conocido como Ant-Man o el Hombre Hormiga de Marvel. 

Pero hablemos de su función como actor en Cazafantasmas: El Legado y es que a pesar de que su participación se reduce a unas cuantas y cómicas escenas, estamos seguros que lo veremos en la segunda entrega de esta nueva producción de los Cazafantasmas. Interpretando a Mr. Grooberson, un profesor de ciencias de la escuela a la que Phoebe asiste junto a su hermano Trevor Spengler, ya que Paul Rudd se vuelve parte necesaria para el desenlace. 

El término Quinto en Discordia se refiere a un personaje que no juega un rol esencial durante una película o texto literario pero que necesariamente aporta una fuerza contundente para el desarrollo final de uno u otro y en Cazafantasmas: El Legado, Paul Rudd se vuelve nuestro quinto en discordia, cuando su cuerpo es poseído por uno de los demonios que necesariamente debe existir para que el Mal cobre fuerza y vuelva a amenazar a la humanidad. También es el causante de uno de los guardianes de Gozer el gozeriano.

Esta figura cinematográfica y literaria es un elemento que no debemos dejar pasar y cuando se trata de Paul Rudd y su escasa aparición en la película, tenemos que tener en cuenta que su presencia está ahí con fines explícitos.

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